miércoles, 25 de abril de 2012



Hace algo más de 100 días, Mariano Rajoy accedía al gobierno español con varios mensajes claros, contundentes y que inspiraron confianza en la gran mayoría de los españoles. Estos mensajes decía algo así cómo que no subirían impuestos, no recortarían prestaciones sociales y algo no menos importante: inspiraría confianza en los mercados.

Pues bien, después de estos 100 días, ninguno de estos tres impactantes eslóganes electorales se ha cumplido. El pasado 30 de marzo el gobierno del Partido Popular presentó los PGE para el ejercicio de 2012, en los que pudimos observar medidas tajantes para reducir el déficit público. Muy bien aceptadas por una parte de la sociedad, y no tanto por otro sector (principalmente andaluces y asturianos), éstos presupuestos nos dejaban detalles por una aniquilación de la “Ley de Dependencia”, la investigación contra el sida o las ayudas a la emancipación. También contemplamos cómo apuesta por el empleo el ejecutivo de Rajoy, recortando más de 1500 millones de € en políticas activas de empleo.
Seguidamente, viernes tras viernes, presentan nuevas reformas que siguen afectando directamente a derechos sociales, esos que nunca tocarían. Un reducción importantísima en becas de inserción lingüística, aumento más que significativo en las tasas universitarias o el aumento del ratio de alumnos por profesor, no cubriendo las bajas de éstos, que sean menores a 15 días. De este modo, el presidente Rajoy pretende hacer de España una sociedad de futuro. ¿Qué futuro nos espera a los jóvenes españoles que no podamos pagar la matrícula universitaria, o no podamos formarnos en idiomas? ¿Qué futuro queremos para una sanidad por la que pronto tendremos que pagar, y a la que han cortado duramente la financiación para investigación?

Es curioso que tampoco los famosos mercados hayan recuperado la confianza que aseguraba don Mariano durante la campaña. ¿Debemos hacer lo mismo que Grecia para terminar como Grecia? O en cambio, ¿sería más coherente y práctico tomar las mismas medidas que el gobierno de Islandia, que dejó quebrar a los bancos, perdonando los préstamos hipotecarios de su población, y actualmente crece 3 veces más rápido que el resto de Europa?
La respuesta más lógica que pueda pensar el ciudadano de a pie, sería salir de la crisis aumentando el flujo, invirtiendo para reactivar la economía. Si recortamos sueldos, despedimos, y hacemos pagar por bienes que podríamos llamar de primera necesidad ( sanidad, educación) difícilmente compremos y gastemos, lo que haría ganar dinero a comercios y empresas, y seguidamente éstas a sus proveedores que generarían trabajos, que otorgaría una mayor fluidez económica a la población y se cerraría el circulo.

martes, 24 de abril de 2012