Hace algo más de 100 días, Mariano Rajoy accedía al gobierno
español con varios mensajes claros, contundentes y que inspiraron confianza en
la gran mayoría de los españoles. Estos mensajes decía algo así cómo que no
subirían impuestos, no recortarían prestaciones sociales y algo no menos
importante: inspiraría confianza en los mercados.
Pues bien, después de estos 100 días, ninguno de estos tres
impactantes eslóganes electorales se ha cumplido. El pasado 30 de marzo el
gobierno del Partido Popular presentó los PGE para el ejercicio de 2012, en los
que pudimos observar medidas tajantes para reducir el déficit público. Muy bien
aceptadas por una parte de la sociedad, y no tanto por otro sector
(principalmente andaluces y asturianos), éstos presupuestos nos dejaban
detalles por una aniquilación de la “Ley de Dependencia”, la investigación
contra el sida o las ayudas a la emancipación. También contemplamos cómo
apuesta por el empleo el ejecutivo de Rajoy, recortando más de 1500 millones de
€ en políticas activas de empleo.
Seguidamente, viernes tras viernes, presentan nuevas
reformas que siguen afectando directamente a derechos sociales, esos que nunca
tocarían. Un reducción importantísima en becas de inserción lingüística,
aumento más que significativo en las tasas universitarias o el aumento del
ratio de alumnos por profesor, no cubriendo las bajas de éstos, que sean
menores a 15 días. De este modo, el presidente Rajoy pretende hacer de España
una sociedad de futuro. ¿Qué futuro nos espera a los jóvenes españoles que no
podamos pagar la matrícula universitaria, o no podamos formarnos en idiomas? ¿Qué
futuro queremos para una sanidad por la que pronto tendremos que pagar, y a la
que han cortado duramente la financiación para investigación?
Es curioso que tampoco los famosos mercados hayan recuperado
la confianza que aseguraba don Mariano durante la campaña. ¿Debemos hacer lo
mismo que Grecia para terminar como Grecia? O en cambio, ¿sería más coherente y
práctico tomar las mismas medidas que el gobierno de Islandia, que dejó quebrar
a los bancos, perdonando los préstamos hipotecarios de su población, y
actualmente crece 3 veces más rápido que el resto de Europa?
La respuesta más lógica que pueda pensar el ciudadano de a
pie, sería salir de la crisis aumentando el flujo, invirtiendo para reactivar
la economía. Si recortamos sueldos, despedimos, y hacemos pagar por bienes que
podríamos llamar de primera necesidad ( sanidad, educación) difícilmente compremos
y gastemos, lo que haría ganar dinero a comercios y empresas, y seguidamente
éstas a sus proveedores que generarían trabajos, que otorgaría una mayor
fluidez económica a la población y se cerraría el circulo.